AMA - VIVE - SUEÑA
Posted by MARIA SANTIAGO on
Desde el día en que nacemos todos y cada uno de nosotros, con gran justicia llegamos al mundo en igual condición; desnudos y con un soplo de vida que en algún momento expirará. A dónde iremos, lo que haremos, por lo que lucharemos, con quien nos relacionaremos y la actitud que asumiremos ante todo lo que nos afecte entre el momento de nacer y de morir; lo decidiremos nosotros con la libertad que por Dios nos es dada.
Cuando en el transcurso de la vida invertimos el tiempo en lamentarnos por lo que otro tiene y a nosotros nos falta; deseamos cosas por las cuales no estamos dispuestos a trabajar; dejamos todo a la suerte, no establecemos metas o nos negamos a soñar; sin duda alguna, es como sentarnos a esperar que llegue el tren de la muerte a nuestra estación y nos lleve sin boleto ni equipaje.
Dicen que nadie se escapa de la muerte y nada más cierto porque naturalmente nos tocará a todos. Pero mientras llegue ese momento, nuestro deber es trazarnos metas, trabajar para alcanzarlas y vivir plenamente construyendo experiencias memorables. Debemos enfocar nuestro esfuerzo en prepararnos para que, llegado el momento de abordar el tren; revisemos el libro de nuestra vida y celebremos que no dejamos páginas en blanco.
Si por alguna razón te resulta difícil encontrar el camino a seguir para enamorarte de la vida y disfrutarla con todas sus complicadas experiencias; quiero que sepas que todos en algún momento pasamos por esa misma situación. No sientas que estás solo, Dios tiene el mapa y la brújula de tu vida y sabe con certeza la ruta correcta. Acude a Él y comienza de nuevo desde donde estás porque nunca es tarde para comenzar de nuevo.
Trabaja todos los días con esmero para hacer de tu vida una obra maestra; AMA, VIVE y SUEÑA. Encárgate de hacer todo lo que esté en tus manos para que cada día cobre sentido y no te cruces de brazos sólo porque sabes que la vida es un espacio de tiempo finito y algún día expirarás.
Valora cada segundo y agradece por todo; en todo momento. Cuando te coloques los lentes correctos, verás como Dios convertirá todo lo ordinario en extraordinario. Confía en Él, cree en ti, inténtalo y lo lograrás.